Charles Dickens nació en Portsmouth, Inglaterra, en 1812. De niño se vio obligado a trabajar en una fábrica de barnices y en un bufete de abogados. Más tarde se convirtió en secretario del Parlamento.
Charles Dickens fue descrito por Chesterton como un hombre que poseía las cualidades de un joven sin límites: travieso e irresponsable, pero apasionadamente vivo e implacablemente optimista.
De hecho, este autor del siglo XIX prolífico (escribió novelas, novelas cortas, obras de teatro, cuentos, ficción y no ficción) también fue un excelente orador (era el orador de sobremesa más solicitado de su época) transformó su propia vida en una ficción vibrante e imaginativa.
Escribió sobre todo lo que vio, y debido a que sus experiencias lo llevaron desde las profundidades de una casa pobre hasta las alturas de la popularidad, su escritura estableció un atractivo universal. Al defender causas sociales en sus obras, crear personajes vívidos e inolvidables y preocuparse por su audiencia tanto como lo hizo por su pluma, Dickens se estableció como el autor inmortal de la Inglaterra victoriana.
Charles Dickens falleció el 9 de junio de 1870, en Gads Hill Place, Reino Unido.
Obras literarias
En 1836 publicó el primer volumen de sus artículos sobre la vida cotidiana en Londres, titulado Sketches by Boz (Bocetos de «Boz», ilustrativo de Every-day Life and Every-day People). En 1837 siguió el segundo volumen. Su novela «Oliver Twist» (1838) lo haría más conocido. Su primer viaje a América, en el año 1841, inspiró dos obras, «Notas de América» (1842) y la novela «Martin Chuzzlewit» (1844).
Crimen, sordidez, brutalidad y muerte conviven con un ingenio cómico y una ternura inmensa en la obra de Charles Dickens. Sus otras obras importantes son: «David Copperfield» (1850), «Tiempos difíciles» (1854) y «Grandes esperanzas» (1860).
Curiosidades
El padre de Dickens hacía que el joven Charles se parara en un taburete alto, cantara canciones y creara historias para el entretenimiento de otros empleados de la oficina. Dickens admitió que David Copperfield era su obra favorita. También fue su obra más autobiográfica.
En Boston, cuatro mil personas se reunieron en el muelle para esperar el barco que transportaba el capítulo setenta y uno de La tienda de antigüedades (The Old Curiosity Shop) de Dickens. Cuando llegó el barco, le preguntaron al capitán sobre un querido personaje de la novela: «¿Nell está muerta?». Cuando volvió la respuesta afirmativa, un gemido colectivo se elevó de la multitud masiva.
A la edad de diez años, Dickens se vio obligado a trabajar en una fábrica para pagar las deudas de su padre. Aunque el propio Dickens habló de esta experiencia traumatizante solo dos veces en su vida, los críticos y los lectores están de acuerdo en que los dos años que pasó allí forjaron gran parte del material para sus novelas posteriores.
Se dice que Edgar Allan Poe es la única persona que pudo predecir la conclusión de las complejas tramas de las novelas de Dickens.