En 1307, los Caballeros Templarios, una de las órdenes militares más poderosas de la Edad Media, fueron acusados de herejía y traición, marcando el inicio de su dramática caída. Sin embargo, un pergamino descubierto siglos después en los Archivos Secretos del Vaticano, conocido como el Pergamino de Chinon, revela que el Papa Clemente V absolvió en secreto a los Templarios de estos cargos.
Este hallazgo, perdido durante siglos y redescubierto en 2001, desafía la narrativa oficial de su destrucción y arroja luz sobre los verdaderos motivos detrás de su desaparición. Este artículo explora qué dice este documento, cómo cambió nuestra comprensión de los Templarios y qué pistas ofrece sobre su misterioso fin.
El descubrimiento del Pergamino de Chinon
El Pergamino de Chinon fue encontrado por la historiadora Barbara Frale entre los archivos vaticanos, un hallazgo casual tras siglos de extravío entre documentos mal catalogados. Datado el 17 de agosto de 1308, este pergamino registra las actas de un interrogatorio papal a los líderes templarios, incluido Jacques de Molay, Gran Maestre de la orden.
Según el texto, Clemente V, presionado por el rey Felipe IV de Francia, investigó las acusaciones de idolatría, sodomía y escupir sobre la cruz. Sin embargo, el Papa concluyó que, aunque algunos rituales eran «irregulares», no constituían herejía grave. El documento absuelve a los Templarios y ordena su reconciliación con la Iglesia, contradiciendo la condena pública que llevó a su ejecución y disolución.
El pergamino, escrito en latín y firmado por tres cardenales enviados por Clemente, fue autentificado por expertos vaticanos en 2007, cuando se publicó una edición facsímil. Su existencia plantea una pregunta inquietante: si el Papa los absolvió, ¿por qué los Templarios fueron destruidos? La respuesta parece estar en la política más que en la fe.
Lo que revela sobre la caída de los Templarios
El Pergamino de Chinon sugiere que la desaparición de los Templarios no fue un castigo divino ni una purga religiosa, sino una maniobra de poder orquestada por Felipe IV. Endeudado con la orden por préstamos para financiar guerras, el rey francés vio en las acusaciones una oportunidad para confiscar sus vastas riquezas y eliminar una amenaza a su autoridad.
El 13 de octubre de 1307, arrestó a cientos de Templarios en una redada coordinada, torturándolos para obtener confesiones que luego presentó al Papa. Aunque Clemente V resistió inicialmente, la presión política lo obligó a disolver la orden en 1312 mediante la bula Vox in Excelso, a pesar de su absolución secreta en Chinon.
Historiadores como Malcolm Barber, en su libro The Trial of the Templars, argumentan que el pergamino expone la duplicidad del Vaticano: Clemente absolvió a los Templarios en privado para salvar su conciencia, pero cedió públicamente para evitar un cisma con Francia. El documento también menciona que algunos Templarios admitieron prácticas extrañas, como venerar una «cabeza sagrada», pero estas eran simbólicas, no heréticas, según Frale. Esto sugiere que su desaparición fue menos sobre delitos reales y más sobre codicia y control político.
Implicaciones y misterios persistentes
El Pergamino de Chinon no solo rehabilita la imagen de los Templarios, sino que también alimenta teorías sobre su destino final. Si fueron absueltos, ¿qué pasó con los sobrevivientes tras la disolución? Algunos especulan que huyeron a regiones como Escocia o Portugal, donde la orden persistió bajo otros nombres, como los Caballeros de Cristo.
El documento no detalla su destino, pero su existencia desafía la idea de una aniquilación total. Además, plantea dudas sobre los tesoros templarios: si Felipe no obtuvo todo lo que buscaba, ¿dónde terminaron esas riquezas? Investigadores como Dan Jones sugieren que el pergamino es una pieza clave en un rompecabezas aún incompleto.
Una absolución que llegó tarde
El Pergamino de Chinon, perdido durante siglos, revela que los Templarios no fueron los herejes que la historia pintó, sino víctimas de una traición política. Absueltos en secreto por Clemente V, su desaparición fue impulsada por la ambición de Felipe IV más que por la voluntad papal.
Este documento no solo reescribe su legado, sino que también deja preguntas abiertas sobre su supervivencia y su fortuna perdida. La próxima vez que escuches sobre los Templarios, recuerda: su fin no fue tan simple como las llamas de la hoguera, y un pergamino olvidado guarda la verdad de su absolución.
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