La ciudad sumergida de Yonaguni que desafía la historia y por qué sigue sin explicación oficial

En 1986, un buzo japonés descubrió frente a la costa de Yonaguni, en el archipiélago de Ryukyu, una estructura submarina que parece desafiar todo lo que sabemos sobre la historia humana. Con escalones, terrazas y ángulos rectos, esta formación sumergida, conocida como el Monumento de Yonaguni, ha desconcertado a arqueólogos, geólogos y exploradores durante décadas.

¿Es una ciudad perdida creada por una civilización olvidada o un capricho natural? Este artículo detalla lo que se ha descubierto sobre este misterio, por qué cuestiona las cronologías históricas y las razones detrás de su falta de explicación oficial hasta marzo de 2025.

El hallazgo que cambió las aguas

El Monumento de Yonaguni fue encontrado por Kihachiro Aratake mientras buscaba sitios de buceo. A 25 metros bajo el agua, esta estructura de piedra arenisca mide unos 50 metros de largo, 20 de ancho y 14 de alto, con plataformas escalonadas, bordes definidos y lo que algunos describen como un «camino» y una «pirámide».

Desde su descubrimiento, el sitio ha sido estudiado por expertos como Masaaki Kimura, geólogo marino de la Universidad de Ryukyu, quien en 1997 afirmó que sus características —incluyendo marcas de herramientas y simetría— sugieren una construcción humana de hace 10,000 años, cuando el nivel del mar era más bajo durante la última Edad de Hielo.

Fotografías y exploraciones submarinas han revelado detalles intrigantes: un arco triangular, pozos rectangulares y una posible cara esculpida en la roca. Kimura estimó que la estructura podría datar del 8000 a.C., lo que la situaría antes de las primeras civilizaciones conocidas, como Mesopotamia o Egipto, desafiando la línea temporal aceptada de la historia humana.

¿Natural o artificial? El debate sin fin

La controversia sobre Yonaguni radica en su origen. Kimura y sus partidarios argumentan que las formas geométricas no pueden ser solo obra de la naturaleza. Señalan cortes precisos y una «escalera» que parece tallada, sugiriendo que una cultura avanzada habitó la región antes de que las aguas la reclamaran hace unos 10,000 años, al final del Pleistoceno. Esta teoría implica que Japón pudo haber albergado una civilización perdida, posiblemente vinculada a mitos locales como la Atlántida del Pacífico.

Sin embargo, geólogos como Robert Schoch, de la Universidad de Boston, sostienen que Yonaguni es una formación natural. En un artículo de Geoarchaeology (2006), Schoch explicó que la piedra arenisca local se fractura en ángulos rectos por procesos tectónicos y erosivos, comunes en una zona sísmica como el Cinturón de Fuego del Pacífico. Para él, las «marcas de herramientas» son ilusiones creadas por la erosión marina, y la ausencia de artefactos humanos claros —como cerámica o herramientas— debilita la hipótesis artificial. Este enfrentamiento entre ciencia y especulación mantiene el misterio vivo.

Por qué sigue sin explicación oficial

A pesar de casi 40 años de estudio, Yonaguni carece de una explicación oficial por varias razones. Primero, la falta de consenso: mientras Kimura y su equipo han mapeado el sitio y encontrado lo que llaman «esculturas» (como una tortuga tallada), los escépticos como Schoch exigen evidencia arqueológica más sólida, como objetos fabricados, que no han aparecido. Segundo, las limitaciones técnicas: las corrientes fuertes y la profundidad dificultan excavaciones extensas, y el gobierno japonés no ha priorizado su investigación, según National Geographic (2018), dejándolo en manos de académicos y buzos independientes.

Tercero, las implicaciones históricas asustan a la academia. Si Yonaguni fuera artificial y datara de hace 10,000 años, obligaría a reescribir la historia de la civilización, sugiriendo que sociedades complejas existieron miles de años antes de lo aceptado. Esta resistencia al cambio, combinada con la ambigüedad de las pruebas, mantiene el sitio en un limbo científico. Hasta marzo de 2025, ninguna institución oficial —ni japonesa ni internacional— ha emitido un veredicto definitivo.

Un desafío sumergido en el tiempo

La ciudad sumergida de Yonaguni sigue siendo un enigma que desafía la historia conocida, con sus escalones y formas geométricas que sugieren una mano humana perdida en el tiempo.

Mientras algunos ven una maravilla natural esculpida por el mar, otros imaginan una civilización olvidada que floreció hace milenios. Sin una explicación oficial, Yonaguni permanece como un recordatorio de cuánto desconocemos sobre nuestro pasado. Si algún día se resuelve, podría cambiarlo todo; por ahora, sus secretos yacen en silencio bajo las olas, esperando a ser desentrañados.

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