Durante 600 años, el Manuscrito Voynich ha sido una fuente de fascinación y misterio. Este documento, lleno de ilustraciones enigmáticas y texto indescifrable, ha sido interpretado de múltiples maneras, desde hechizos mágicos hasta comunicaciones extraterrestres. Sin embargo, recientes investigaciones sugieren que el manuscrito podría contener consejos ginecológicos y recomendaciones sexuales codificadas, temas considerados tabú y peligrosos en la sociedad medieval.
Un compendio de información sobre sexo, anticoncepción y ginecología
El Dr. Keagan Brewer, de la Universidad Macquarie, propone que el manuscrito es fundamentalmente un compendio de información sobre sexo, anticoncepción y ginecología, intencionadamente cifrado para restringir su acceso. Este enfoque se refleja en ilustraciones específicas que muestran a mujeres desnudas interactuando de manera sugestiva con diversos objetos, lo que podría indicar una codificación de prácticas y conocimientos ginecológicos.
Estas interpretaciones resurgen en un contexto donde la salud y la sexualidad femeninas eran temas ampliamente estudiados pero también severamente censurados en la literatura médica medieval.
La preocupación de que las mujeres alfabetizadas pudieran acceder a conocimientos sobre anticoncepción o aborto llevó a figuras como Johannes Hartlieb en el siglo XV a recomendar la ocultación de dicha información mediante «cartas secretas».
Además, el manuscrito incluye la gran ilustración de las Rosetas, que los investigadores sugieren que podría representar una comprensión medieval del sistema reproductivo femenino, sugiriendo que el útero tiene siete cámaras y la vagina dos aberturas.
Esta y otras interpretaciones simbólicas, como castillos y murallas que podrían jugar con palabras para referirse a los genitales femeninos, apuntan a un posible entendimiento codificado del cuerpo y la salud femeninos.
A pesar de estos avances en la interpretación, el Manuscrito Voynich sigue siendo un enigma. Dataciones por carbono sitúan la creación del manuscrito entre 1404 y 1438, pero su primer propietario conocido data de más de un siglo después. Esto complica aún más las teorías sobre su origen y propósito.
A lo largo de los años, han surgido y caído múltiples teorías sobre su significado y traducción. En 2019, el Dr. Gerard Cheshire de la Universidad de Bristol afirmó haber traducido partes del texto, aunque estas afirmaciones fueron posteriormente rechazadas por la comunidad académica.
A pesar de los escepticismos y los intentos fallidos de descifrarlo completamente, investigadores como el Dr. Brewer mantienen la esperanza de que eventualmente se revelen los secretos del manuscrito.
En resumen, el Manuscrito Voynich no solo continúa siendo un objeto de curiosidad científica y cultural, sino que también plantea preguntas profundas sobre los límites del conocimiento, la censura y la sexualidad en la historia humana.
