La balada del café triste
Por: Carson McCullers
Fecha: 1951
Sinopsis de la novela «La balada del café triste»
En un pueblo pequeño y trivial, aislado de todas las demás partes del mundo, un edificio se yergue inclinado, con las contraventanas cerradas, clavadas con tablas.
No siempre fue tan triste y melancólico. Era el café de Miss Amelia y bullía de vida. Esta es su historia y la historia del primo Lymon, que vivía con ella en ese momento. Y la historia de su exmarido, que un día regresó a la ciudad y trajo consigo el desastre…
«La balada del café triste», una de las mejores obras de Carson McCullers, se publica junto con otras seis historias, entre ellas «Wunderkind», el primer cuento publicado por la McCullers.
Historias sobre los inadaptados, los perdidos de este mundo. Historias del escurridizo sueño del amor y el eterno dolor de la soledad, contadas con la maestría y la potencia de una de las más grandes voces femeninas de la literatura estadounidense del siglo XX.
Una reseña que invita a la lectura de La balada del café triste
Esta pequeña sinopsis —en forma de reseña— me ha parecido de las más interesantes, para darle una perspectiva introductoria al lector, sobre qué esperar de esta novela corta o relato largo de Carson McCullers, y sobre todo, qué no esperar de este relato, para poder disfrutar de una «historia extraña en un pequeño pueblo».
Una ciudad calurosa y polvorienta en el sur de Estados Unidos, una fábrica, una destilería, una tienda y casitas modestas. Y los campos de algodón que se extienden hasta el horizonte. La dueña de la taberna es una mujer fuerte, dura, solitaria, introspectiva, sobre la que, sin embargo, descansa el alma de todo el pueblo. Ella puede curar la tos, si deseas comprar una botella del mejor alcohol de la zona ella también puede ayudarte. Amelia puede coser una herida, consolar a un niño enfermo, acoger a un pordiosero y transformar su vida, pero sigue siendo pendenciera y extraña. Y ella está indefensa contra el amor, como todos los demás.
Este es el caso cuando no esperas mucho, pero una historia corta te atrapa de repente. Atrapa con su rutina, falta de eventos brillantes, incluso cierta monotonía. Y lo más importante: una vitalidad asombrosa. No responde ninguna pregunta que no parezca haber sido respondida en absoluto, solo proporciona una nueva variación de un tema antiguo. Uno solo puede sorprenderse de lo extraña que a veces se vuelve la vida, mientras que sus giros son sorprendentemente similares, independientemente de dónde y cuándo ocurra este giro.