Leer de esta manera está relacionado con el aumento de la memoria y la inteligencia

Joven leyendo

La relación entre los hábitos de lectura y el desarrollo cognitivo, incluyendo la memoria y la inteligencia, es un área de interés sustancial en la psicología cognitiva y la neurociencia educativa.

Este artículo explora cómo la lectura, especialmente de cierta manera, puede influir positivamente en estas capacidades cerebrales, apoyándose en investigaciones psicológicas y neurológicas para ofrecer una perspectiva comprensiva.

La lectura y su impacto en la inteligencia y la memoria

La lectura no es simplemente un proceso de decodificación de palabras; es una actividad compleja que implica numerosas funciones cognitivas, incluyendo la atención, la percepción, la memoria a corto y largo plazo, y la inferencia.

Según Dehaene (2009) en su obra «Reading in the Brain», la lectura involucra una amplia red de áreas en el cerebro, desde aquellas encargadas del procesamiento visual básico hasta las que gestionan comprensiones más abstractas y creativas. Esta activación cerebral extensiva sugiere por qué la lectura puede ser tan beneficiosa para la cognición.

Lectura profunda y su efecto en la cognición

La «lectura profunda», un término acuñado por la investigación de Wolf (2007), se refiere a una lectura atenta y reflexiva, que implica análisis crítico, inferencias y conexión emocional con el texto. Esta forma de lectura contrasta con el escaneo superficial o la lectura por encima que a menudo se asocia con la navegación en internet.

Wolf argumenta que la lectura profunda promueve la neuroplasticidad, el proceso mediante el cual las experiencias reorganizan la estructura del cerebro, lo que potencialmente aumenta la inteligencia al mejorar las capacidades de pensamiento crítico y la comprensión.

Además, esta modalidad de lectura puede fortalecer la memoria a través de la construcción de conexiones más ricas entre los conceptos y la información almacenada previamente en el cerebro.

Evidencia empírica sobre la lectura y la cognición

Varios estudios han apoyado la noción de que la lectura, y en particular la lectura profunda, tiene efectos positivos en la memoria y la inteligencia. Por ejemplo, un estudio longitudinal por Sullivan y Brown (2015) encontró que los niños que se dedicaban a la lectura por placer mostraban un desarrollo cognitivo significativamente mayor en comparación con sus pares que leían menos. Este efecto se extendía más allá de la mejora en habilidades lingüísticas, sugiriendo un impacto generalizado en la capacidad cognitiva.

Además, Berns et al. (2013) demostraron mediante resonancias magnéticas que la lectura de una novela provocaba cambios en la conectividad del cerebro, especialmente en áreas asociadas con la comprensión del lenguaje y la perspectiva de los personajes. Estos cambios persistieron varios días después de terminada la lectura, lo que indica que la lectura profunda puede tener efectos duraderos en la función cerebral.

Prácticas de lectura para mejorar la memoria y la inteligencia

Basado en la investigación existente, se pueden sugerir varias prácticas de lectura para maximizar su impacto en la memoria y la inteligencia:

  1. Variedad en los Géneros de Lectura: Alternar entre ficción, no ficción, literatura clásica y textos contemporáneos puede proporcionar una gama más amplia de estímulos cognitivos.
  2. Discusión y Reflexión: Hablar sobre lo que se ha leído o escribir reflexiones puede profundizar la comprensión y fortalecer la retención de la información.
  3. Lectura Consciente: Evitar la multitarea y concentrarse plenamente en la lectura puede mejorar la comprensión y el recuerdo de lo leído.
  4. Aplicación de Conocimientos: Aplicar activamente la información o las perspectivas adquiridas a través de la lectura en diferentes contextos puede reforzar el aprendizaje y la memoria.

Conclusión:

La evidencia sugiere que la lectura, especialmente cuando se practica de manera profunda y reflexiva, puede tener un impacto significativo en el desarrollo y la mejora de la memoria y la inteligencia.

A través de la activación y el fortalecimiento de redes neuronales complejas, la lectura no solo mejora las habilidades lingüísticas, sino que también promueve la neuroplasticidad, lo que contribuye al crecimiento cognitivo general. Al adoptar prácticas de lectura enriquecedoras, individuos de todas las edades pueden disfrutar de los beneficios cognitivos que la lectura tiene para ofrecer.

Referencias

  • Berns, G. S., Blaine, K., Prietula, M. J., & Pye, B. E. (2013). Short- and long-term effects of a novel on connectivity in the brain. Brain Connectivity, 3(6), 590-600.
  • Dehaene, S. (2009). Reading in the Brain: The New Science of How We Read. Viking.
  • Sullivan, A., & Brown, M. (2015). Reading for pleasure and progress in vocabulary and mathematics. British Educational Research Journal, 41(6), 971-991.
  • Wolf, M. (2007). Proust and the Squid: The Story and Science of the Reading Brain. Harper.
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