Una de las más antiguas bibliotecas: El tesoro literario del monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí

Entre las vastas arenas del Monte Sinaí, donde la historia bíblica se entrelaza con la tradición cristiana, se erige el Monasterio de Santa Catalina. Este lugar sagrado, consagrado a la memoria de la mártir santa Catalina de Alejandría, se presenta como uno de los guardianes más antiguos del conocimiento humano.

La leyenda sostiene que este monasterio se yergue en el lugar donde Moisés, el profeta del Antiguo Testamento, presenció la asombrosa visión de la «zarza que ardía sin consumirse».

Lo que distingue a este monasterio, además de su carácter sacro, es su biblioteca, una de las más antiguas del mundo, cuyos ecos resonaron a lo largo de los siglos. Este venerable repositorio de sabiduría ha operado de manera ininterrumpida, acumulando un tesoro literario que se erige como un faro de conocimiento en la región.

La Biblioteca del Monasterio de Santa Catalina alberga una colección impresionante de manuscritos, consolidando su lugar como la segunda colección más importante de códices en el mundo, solo superada por la Biblioteca del Vaticano.

Entre estos preciados manuscritos destaca el ilustre Codex Sinaiticus, un tesoro del siglo IV que ha resistido las embestidas del tiempo y que representa uno de los testimonios más antiguos y completos de la Biblia.

Pero la riqueza de esta biblioteca no se limita solo a los textos cristianos. Entre sus estantes reposan varios manuscritos árabes, incluyendo una joya histórica conocida como el Ashtiname o Testamento de Mahoma.

Este documento, datado en el siglo VII, otorga protección a los seguidores de Jesús de Nazareth, revelando una fascinante conexión entre dos de las grandes religiones monoteístas del mundo.

El Monasterio de Santa Catalina se convierte así en un cruce de caminos literarios y religiosos, donde las páginas de la Biblia se entrelazan con los decretos de Mahoma. Este espacio sagrado ha sido testigo de eras y civilizaciones, ofreciendo un refugio no solo para monjes devotos, sino también para los invaluables tesoros que resguarda entre sus muros de piedra.

A medida que el sol se pone sobre el Monte Sinaí, la biblioteca del monasterio se erige como un faro de conocimiento, un recordatorio de la continua búsqueda humana de significado y conexión con lo divino.

En sus manuscritos, se entretejen las historias de antiguos profetas, las revelaciones de Mahoma y la sabiduría que ha guiado a generaciones a lo largo de los siglos. La biblioteca del Monasterio de Santa Catalina es más que un depósito de libros; es un testamento vivo de la perpetuidad del conocimiento y la devoción en un rincón remoto del mundo.

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